El escritor Carlos Fuentes falleció este martes a los 83 años de edad en el Distrito Federal debido a una «hemorragia derivada de la ruptura de una úlcera», según el parte médico difundido horas después de su fallecimiento. En un primer momento, fuentes cercanas a la familia del novelista aseguraron que había sufrido un fallo respiratorio.
La muerte ha pillado por sorpresa a las letras mexicanas. Carlos Fuentes regresó este fin de semana de la Feria del Libro de Buenos Aires y preparaba ya su próximo libro. Nada indicaba que padeciera problemas de salud tan graves.
Desde más de una década Carlos Fuentes se había convertido en el escritor mexicano vivo más célebre en todo el mundo. Junto a Octavio Paz, ganador del Nobel en 1990, era el escritor más premiado y reconocido de México. Era uno de los escritores miembros del denominado Boom hispanoamericano constituido por los Premios Nobel Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, respectivamente, y por el argentino Julio Cortázar.
El escritor mexicano tiene una producción muy amplia como autor de novelas, cuentos y ensayos y ha obtenido premios muy prestigiosos por la calidad de su obra como el Premio Biblioteca Breve (1967), el Premio Rómulo Gallegos (1977), el Premio Cervantes (1987) o el Premio Príncipe de Asturias (1994).
La muerte de Artemio Cruz y Aura son dos de las mejores novelas de Carlos Fuentes, consideradas hoy clásicos de la literatura hispanoamericana. En ambos libros hay un manejo de las nuevas técnicas narrativas vanguardistas que le permiten retratar imaginariamente ese mundo complejo de un México Posrevolucionario donde confluyen el tema de la Historia, el poder, el autoritarismo y la muerte.
El escritor mexicano fue uno de los intelectuales que año tras año aparecieron en todas las quinielas de los Premios Nobel recientes.